miércoles, 21 de diciembre de 2011

El chiquillo.


Un chiquillo del barrio que hace mucho no veo y que se las sabe todas, perfuma desde alguna parte del mundo el viento norte del verano.
Quién sabe si aún es de mi barrio o si ahora es de la luna.
Un chiquillo que aparece y desaparece, con huesos frios de pena, con un resplandor capaz de perdurar lo que perdura una estrella.
Algo me dice que las horas no lo traen para acá.
Y todo está tan calmo que podría lanzarme a volar desde las terrazas de las vecinas.
Pero sin embargo, más de la mitad de mi misma lo anda esperando muy calmadita aturdidita emborrachadita. Algo en mi alma anda esperando que el chiquillo se quede o que se valla, o que las agujas del tiempo le revienten al fin 
                                                                            las memorias.

ína ~





domingo, 4 de diciembre de 2011

Diciembre.


Qué bueno es verte a vos, bonita, la indestructible
Y descubrirte un poco nueva,
Un poco menos entera
Un poco más blandita
Churrita.
Que buena esta noche para tenerte asi de linda
Y saber que también tu corazón se parte
Como mi corazón que se parte
Noche tras noche
Nacer y renacer
Sin mayores prejuicios
Hacer el llanto y la risa,
El amor y la guerra
La cordura y la locura.
Qué bueno tenerte así pequeña señorinha.
Porque cuando se anda así, medio a medias
Medio a pata truncada, volante sin conductor,
Es alegría no estar solito sin el Norte,
Es alegría divisar las posibilidades cerca
Tuyo.

ína ~



domingo, 9 de octubre de 2011

La Querencia .

Quiero verte en frente mio.  Verte cuando me veas.
Quiero reconstruir las imágenes. Ver lo nunca visto.
Sentir los viajes, los bares, los puchos, las cervezas. 
Quiero oír tu voz entre las ruinas de mi memoria, 
como un eco eternamente mio; inevitablemente mio; 
como una canción incontenible en mi garganta. 
Quiero esperar a que lleguen las palabras precisas 
para no mencionarte nunca más con ellas, 
para no escribirte nunca más con migo. 
Quiero hacerte saber, sobre todo de mis olvidos, 
sobre todo porque a veces son mentiras de papel 
y desearía tenerlos firmes como imágenes vividas.
Quiero verte viéndome en el recuerdo de realidades inventadas;
construir mi vida con la tela de los sueños; 
construir mis sueños con la tela de la vida. 


ína

jueves, 15 de septiembre de 2011

.


Es una mañana sencillamente radiante.
Por la ventana veo el sol y las tejas vecinas.
Pensé anoche, no hay nada que perder.
Entonces todo pareció sencillo.
Entonces todo es sencillo.
No sé si soy otra o si sos otro
O si el mundo entero es ontro mundo.
Todo está bien, hay equilibrio en mi.
Pensando en los varios pasados de la historia,
Pensando en los varios presentes
Entiendo por fin y con calma
Que la soledad es parte inevitable
En nuestra madeja (de malentendidos)
Y que puedo ser felizmente libre de ofrecerte
Ilimitadas libertades
Ilimitadas amistades
Ilimitados ratos para regar tu ego,
O tu muy mucho amorcito propio
Y eso, con calma, no es tan malo.
Es una hoja dolble faz,
Con un cuento distinto en cada cara.
Y también pensé que puedo estar incómoda,
Por una vez eligiendo la opción que no conozco.
Aparte el mundo está muy bonito en primavera,
Y en últimísima instancia,
Siempre puedo salir a beber unas copas por ahí.



ína ~

viernes, 19 de agosto de 2011

No me gusta

No me gusta que estés dormido
No me gusta siempre estar despertándote
Y atrayéndote a duras penas de regreso
Del país de tus descansos

No me gusta esperarte
Eternamente esperarte
Como si no se pasara la vida
Eternamente esperándote

No me gusta callar
Para oír tus broncas
Y relativistas augurios
De disconforme argentino

No me gusta llorarte
Teñir de negro o de rosa
las almohadas de mi casa
o de cualquier parte

No me gusta escribirte
Siempre palabras imprecisas
Más aún decirte palabras imprecisas
Mas aún oírte palabras imprecisas

No me gusta dormir
Para soñar que estas
Y tampoco me gusta despertar
Para soñar que estás

No me gusta
Escribir
Para saber
Que no digo nada




ína ~

miércoles, 17 de agosto de 2011

El Terapeuta


El hombre ha dicho que mirar adentro mío, 
aún cuando miro adentro tuyo, es normal.
El hombre ha dicho que soy mujer.
En los espejos de la noche, 
mi mirada es una esfera en movimiento
movimiento circular
pasan mis ojos por tus ojos
y miro mi cuerpo.
El hombre dice que veo
Que te veo, que me veo.
El hombre dice que soy mujer.
Me he descubierto 
rotando sobre mis incógnitas
revolviendo tus dilemas
preguntándome preguntándote.
El hombre dice que las imágenes 
borrosas no descartan mi lucidez
El hombre dice que soy mujer.
Aquí dejo el antifaz
y el carmín
esencia de mi rol teatral
para ser, al verte,
mi yo sin simulacros.




ína ~

lunes, 18 de julio de 2011

Aquí y allí.

Te preguntarás de vez en cuando hasta dónde pueden llegar estas sensaciones, hasta dónde puede estar tu alma aguardando que cese la tormenta, hasta dónde quedarán hoyos en el pecho y hasta dónde espinas en las palmas.
Te preguntarás con frecuencia, por qué las tormentas nunca duran lo que se espera, por qué los finales no son tangibles, por qué los inviernos se recuerdan más oscuros que los veranos.
Solo recordarás algunos hechos con cierta objetividad, y serán esos los que se conservarán más francamente en buenos términos con las cláusulas de tu propia normativa. Sólo sabrás que sabes unas pocas cosas en el mundo. Todo podrá volverse entonces como una mera foto de los paisajes de la vida, y sin comprender una palabra, podrás decir ‘comprendo’( pues allí no habrá palabras).
Y allí habrá una puerta que se abre sin preámbulos ni dedicatorias, pero sabrás que aquel fin, lejano de la farándula y el amarillismo tiene tatuada tu identidad en cada partícula del aire. Y allí entras. Y allí te quedas. Y allí permaneces. Y allí adiós. Y aún allí, te recuerdo, nunca eres olvido.

ína

jueves, 7 de julio de 2011

Parle Moi

Háblame de la lluvia.
No te pido más que eso,
Puedes sobre ella contarme lo que quieras,
Inventar frágiles historias
de barcos de papel en la corriente.
Puedes inventarme, por ejemplo,
Que afuera del barcito de Buenos Aires,
Hay una lluvia colombiana
De mamita santa
Y que las damas de rulos
Se esconden del agua
Bajo enormes paraguas
de mango de madera ensamblados en Japón.
Háblame de la lluvia,
puedo pedírtelo en muchos idiomas:
en nuestro poético lenguaje susurrero
de pleno centro porteño, o
en el lenguaje limpio y serio
como de abogada de las posibles condenas
que acogen mis preocupaciones,
puedo pedírtelo en el idioma
de las actrices de 1920, con labios rojos
de mucho mas que maquillaje.
Háblame, anda, solo de la lluvia,
No pido más. Nada más, un poco más.
Puedes inventarme un pajarillo que vuele
Y se esconda junto a su dama en un zaguán
Con una Rita imaginaria como las de Benedetti.
Háblame de la lluvia, nada más eso pido.
Que me escribas la piel
aunque sea con un eco transparente.
Háblame, anda, por Dios
yo sé que has andao un largo trecho
como para conocer
por lo menos una lluvia,
un instante fotográfico
que puedas contarme
por lo menos por arriba,
y aún tan hondo como la borra del café.
Te digo, compañero,
No me temas que soy sólo oídos,
No me temas que no voy a moverme
de mi silla en la vidriera.
Aunque si me temes,
Si crees que después de tanta charla
Y suplica repentina
Me atrevería a traicionar
nuestro acuerdo involuntario
deberé decirte, compañero,
que algo traes entre dedos,
que ni tu mismo te atreves a tocar.

ína ~

miércoles, 29 de junio de 2011

Te Puede Ver.

Dejaste de un lado el pensamiento, sin quererlo ni premeditarlo, fue así. Te olvidaste de que tenías cabeza ahí arriba. Tus ojos dejaron de enfocar y descansaron. Saliste a la calle así, sin cargas de metal en el cerebro y sentiste como una caricia ampliamente necesitada ese aire helado, congelado, firme y prácticamente incoloro que te traen las mañanas del invierno argentino.
No es que signifique tanto.
No es que perderse en el pensamiento sea la gran cosa.
No es que yo pueda diagramar mis razones para contarlo.
Es sencillamente que fue así, sin quererlo ni premeditarlo,
y que te pude ver soñar.

ína ~

domingo, 12 de junio de 2011

El Perro.

El perro
El perro de al lado
El perro se cree gato
El perro del vecino
El vecino mio
El vecino que grita
El vecino que come asado de lunes a jueves
El vecino que a veces pega
Pega a su niña
Niña que no va a la escuela.
Niña que no sabe pronunciar dobles ‘erres’
Niña que juega con el perro
(que dicen que no es perro, que dicen que es perra)
pero la niña le dice ‘pidito’
Pero él
El perro
El perro de al lado
Él se cree gato
Y anda por los tejados rojizos
Y juega con una pelotita de estambre
Entonces yo, que no soy perro ni perra
Ni gato ni gata
Ni ‘pidito’ ni ‘pidita’
Me divierto y me río
Lloro y me río de nuevo pensando
Que el perro
El perro de mi vecino
Es en esa casa
El más libre del universo.


ína ~

miércoles, 8 de junio de 2011

Cebolla

Ella pela cebolla. Pela cebolla para llorar toda esa penita atragantada.
No era el primer recurso, pero esa pena desgraciada no respondía ni al amor ni a la mano dura. 
Estaba, pero no salía.
A veces, se le aparecía en sueños, y era un hombre alto de tapado negro esperando el tren en alguna estación; a veces cuando caminaba sus días, en el pecho más que nada, aunque tomándose la libertad de meterse en sus sienes, sus uñas, sus excusas.
Esa pena era muy fiel, la seguía como perro perdido a cada destino que emprendía ¡Y la mal parida no salía! Estaba... pero no salía. 
Y era tan pero tan mala que no le daba ni el gusto de respirar la desventura.
Un día (glorioso día), encontró la solución.
Entonces ahora ella pela cebolla, y se llora toda la pena, con gusto a sal de acá o de allá según la hora el clima y el plato principal.
Por la ventana de marco amarillo, todo el barrio la ve, alividísima, pelando cebollas, siempre de pie.

ína ~

lunes, 6 de junio de 2011

Te quiero hasta el sol.

Quizás lo curioso es que no me extraña que ya no quieras voltear la página ni levantar el tubo para saber cómo estoy. No me extraña por ejemplo, que los caramelitos blancos te hallan gustado así de mucho, ni que la otra partida (la que carece completamente de reglamento) te halla parecido mejor.
No me extraña que no te interese o que no te animes a arriesgar por lo que yo arriesgaría, ni que te hagas el eterno dolido y confinado a la soledad con tal de obtener la excusita para explicarme y explicarte el por ‘qué no’ y ‘espero que lo entiendas’.
Y yo entiendo. Así de rápido y así de fácil. Entiendo.
Porque aunque conozco este as, aunque conozco tus truquitos, tus noches y amaneceres, tus delirios de amor y tus delirios de whisky, aunque sé que esta es ante todo una muletilla que te haces a vos mismo, algo así como el cuento de la buena pipa que cada uno se tiende a contar, es total y completamente lógico, total y completamente indiscutible, irrebatible, irrefutable.
Adiós, hasta pronto, hasta luego. 
Y te quiero hasta el sol.



ína ~

sábado, 23 de abril de 2011

Cadáver Exquisito

Más allá de las batallitas estas con cañonazos de palabras más mal que bien usadas, creo que vamos aprendiendo alguna cosa.
Por ejemplo, a desmaterializar para ver; a transgredir la forma para entender lo que está detrás de ella y después, atrás de la palabra que la encierra y después lo que está detrás nuestro y más allá.
Si bien uno nunca sabe dónde carajo es que uno aprende, sabe que lo hace… y qué placer ¿no? Qué placer recordarte tiritando en la oscuridad, con tus olores y colores de todos los días. Por eso te digo que hoy que todo parece estar desfigurándose para abrir paso a nuestro desquicio plural que cuenta siempre las cosas que ni el silencio ni el ruido dicen, creo que efectiva e incomprobablemente algo vamos aprendiendo ¿No te parece?

ína.

viernes, 22 de abril de 2011

Personne

Estoy sentada sucumbiendo a los abismos
que construyo y reconstruyo a tientas
cada atípico día de la nueva rutina de mi vida
varada en la página número 147 del amor
intento redactar una Carta Magna a mi medida
      vos entendés
para organizar mis ilegalidades y mis castigos
más allá de eso no es nada nuevo
que estés en el recuerdo y en la realidad
y que en el primer campo al menos
puedo organizarte y clasificarte
por sonido por color
por terrenos baldíos
número de documento
por soledades placenteras
y soledades desagradables
noches de ojos abiertos
y noches de ojos cerrados
e incluso
por noches de ojos abiertos
de desvelo pasional con gusto
a mi golosina preferida
o noches de ojos abiertos
de desvelo de soledades
compartidas
incomprendidas
desesperadas
no es novedad hablar de vos con migo misma
musicalizar los minutos con esmero minucioso
y tampoco - y esto es importante que no lo sepas -
esperarte sentada con una taza de café en la mano
y otra tacita servida que no se la va a tomar

nadie.

ína

lunes, 11 de abril de 2011

Dos figuras.

Quizás un final poblado de voluntad de punto y aparte tenga menos valor que este, que no posee nada más que un despojo completo.
Dos figuras, desparramadas desordenadamente sobre la tierra se han despedido hace algunos minutos en un esquina.
Ella lloraba sin ocultarlo; él estaba a la defensiva. Un caminante lo miró amenazante; él deseó golpearlo. Ella y su vestido temblaban; él intentaba detenerlos. El vestido volaba en el viento vespertino; ella se lo permitía. Él no lloraba, había llegado demasiado lejos; ella se había quedado sin pañuelos.
Ahora son eso, dos figuras desparramadas desordenadamente en el mundo, que tal vez, quién sabe, se sigan despidiendo silenciosos en el andén, en el café, o en el café de la plaza.
No es este un final a obligadas del ego o el orgullo. No es este un final amigo de las buenas compañías.
Quizás sea esa su dignidad más grande… Haber nacido a merced de tu desdicha y mi desdicha, de tus puntos suspensivos y mi maldita hoja en blanco.
Dos figuras desparramadas.
Un solo y completo despojo.




ína ~


miércoles, 6 de abril de 2011

Liberté.

Liberté.
Las palabras regresan con una nueva significación. Las palabras regresan, recargadas de sentido, o vacías, como si simplemente fueran nuevas, y uno pudiera estrenarlas, crearlas, pensarlas de la propia talla.
Las noches (que también son nuevas aventuras) relucen llenas de ausencias. Allí, uno se encuentra con uno mismo; allí, uno no puede no encontrarse.
Liberté.
Serán nuevas oportunidades de nuevas cartas (nunca vistas).
Me preguntaba hoy al ver pasar el Bus hacia Barrio Destino, qué teta mamarás ahora, me preguntaba, al tiempo que decidía que ese bondi no lo tomo nunca más. Ahora me hago cargo de la partida, me hago cargo de las palabras, de los errores, de las nuevas significaciones que a las cosas voy dando, me hago cargo de los fantasmas del pasado que arremeten con más fuerza que nunca, y de esas miradas que aún no aprendo a esquivar efectivamente …
Liberté.
Reaprender.
Renata; no es precisamente renacer, pero se acerca en un mucho.
Ya no hay destinos absurdos ni azarosos mi cielo. La tormenta es mía y no te la voy a convidar.
Me asusta tanta inmensidad, cruzar la mar a nado solita.
Pero la historia no se teje sola nunca más, yo la elijo la defiendo.
Liberté: parece que ahora hasta tengo una inmensidad de mi talle.

ína ~

                                                       Imagen de Nazareno Chevez.
                                                           Gracias amigo querido.

domingo, 3 de abril de 2011

En un Diluvio Dominguero.

Sentada con migo misma, el eje de la discusión es, sin duda, tu existencia.
A veces pienso en mi desgracia, y desearía que la inconciencia fuera real, que no existiese testimonio de la travesura, que las discusiones se borrarán como grafito HB sobre hoja cuadriculada, desearía que no existiese ni un poco de toda esta tinta desparramada en la hoja de calcar. No podemos definir aún quién es el original y quién la copia, lo seguro es que ambos estamos atravesados por los domingos grises y las penas recíprocas.
Pienso. Demasiado pienso.
Ojalá fuera como las pesadillas, y supiera que los miedos son siempre puras fantasías. Ojalá no la sensación de la verdad comprobada por mi nata desconfianza.
¿Qué pasó? ¿Dónde fuimos?
Como verás, no temo ya contarte mi suplicio, ni siquiera que el mundo lo sepa así como él es, tan verdadero, tan en la carne del alma. No me importa.
Sentadas muy juntas, muy de cerca, mi desnudez y yo estuvimos meditando algunos asuntos.
Y pensamos en vos y en tu mirada, en los kilos de malestares que te acarreas por convicción. Pensamos en tus muelas que siempre me gustaron (por lindas y por enormes). Pensamos en los paisajes en los que no te vi, en las cosas que no te dije. Pensamos en vos y en la maraña de formas que toma el desconcierto.
Me duele donde vos sabes que duele en estos casos.
Te cuento, por último que te dibujé en los muros de la habitación; lo hice con el color de la felicidad que todavía no alcanzaste , porque sé que el momento se aproxima y que voy a vivirlo desde lejos.
Te cuento que te amo; que te agradezco; que te percibo…
Yo y migo misma, atravesando un diluvio dominguero.

ína ~

martes, 22 de marzo de 2011

La Partida.

Comienza la partida, y firmo el reglamento sin leer el interlineado, confiando, tonta, en tus palabras bastante conocidas, en tus silencios de hielo y formalidad.
Comienza la partida, yo tiro, tirás, mi turno, tu turno, el fin sí va a llegar.
Las palabras vedadas por los caprichos personales se deforman, se adornan con caras y caretas de horror, viejas como los siglos de los siglos, acecinas, aspirinas, endorfinas, mentiras más, mentirás más.
Ya no le importa. La tonta se las sabe. Yo. Yo me las sé. Aunque sea un poco, me las sé.
Comienza el desenlace. Yo tiro, tirás, mi turno, tu turno, el final sí va a llegar.
‘Al abordaje!’ les grito a mis yo más valientes a ver si ayudan y estimulan a que escupa mi jaque, que (intuyo) no es mate.
Adiós.
Tantas veces eso escribí.
Chau.
Palabras conocidas, conocidas palabras.

ína ~

jueves, 10 de marzo de 2011

El fogonazo y sus pies descalzos.

Escupiendo fuego vuelan los cabellos.
Rojos mechones moviéndose al ritmo de la danza tamboril, brillantes, largos, larguísimos, sueltos, sin rienda alguna, bailan junto con ella.
Muchacha de piel de corazón de coco, blanca como ninguna, tersa y dulce. Muchacha de salpicón de azúcar en las mejillas, salpicón que formó, aunque intuyo que sin querer, un bellísimo decorado de pecas como constelación. Muchacha de senos grandes y pulposos: alimento para los lobos del cielo.
La noche la sorprende y me sorprende con la danza del fuego. Aunque no se vea, estalla en sus pies el fulgor de la braza misma y ella, poseída, prácticamente vuelta viento, se mueve, y enciende los candiles del oxigeno que le toca el cuerpo.
Su melena es trenza descocida o jamás trenzada. Su melena es la conjunción de Venus y Saturno, de eso no hay ninguna duda. Su melena es el nido de inspiración de cualquier hombre o mujer. Su melena carga con la bestialidad leonina, con las suavidad de la perla, la música del tambor y la danza nocturna.
No verás, querido mío, en este mundo locura tan apasionante come ella. Pues no hay dama que tan solo arrojando su pelo al movimiento encienda la luz escondida de los amantes.
Sonriendo va. La alegría se le ha pintao’ en la cara. La pollera roja se balancea de acá para allá, dejando entre ver trocitos de sus muslos, de esas mieles anheladas por milenios.
No sentirás, querido mío, deseo carnal tal como este, pues ella no es humana, pero los astros grandes la enviaron aquí, para envenenar siquiera un poco de tu aire con el deseo prohibido que a prácticamente todos intenta prohibírsele .. y a prácticamente ninguno logra quitársele.

ína ~

jueves, 24 de febrero de 2011

Cuando

Cuando tus muros no existan más llegarás a mi acuario por primera vez desnudo.
Cuando este mar sea transparente, entonces todo lo será, y tu y yo no seremos hombres, ni peces, seremos lo que bajo al agua misma yace.
Cuando la tormenta apacigüe, y estés dispuesto a dar cada pieza para unirte a esta estructura, entonces, recién entonces sabré que has llegado. Sabré que no terminará, sabré que no existen las muertes.

ína- 

Veranoprimavera

La tarde me cae por la espalda como gotita de sudor.
La vista se me desvía hacia las copas de los árboles y de las nubes.
Tarde de sábado gritando muda. Tirada al sol, llora las penas de lo que nos vamos olvidando. Escucho las voces de los cuerpos que en este momento, en este mundo se juntan, se enredan, se funden, se mezclan, se mueren y se nacen de nuevo.
Basta de gritar en silencio. Basta de estar atrás de la ventana.
‘Se acerca el viento norte’, advirtió una hormiga sensacionalista que se coló en mi sueño.
Voy a salir a buscarte a vos, Veranoprimavera, que te me escapaste entre los dedos y te escondiste quién sabe con quién. Va a ser el mejor de los juegos que jugaste. Si, a vos te hablo Veranitoprimaveral que te hiciste el guapo pensando que yo no iba a salir a buscarte, quedándome tras la ventana, sudando con la piel de gallina, con los ojos ciegos de cielo, oyendo respirar al gato dormido, oyendo el ruido, haciendo el silencio.
La tarde se me va cayendo por la espalda como gotita de mar.
Chau, me fui a buscarte Veranoprimavera.


ína

miércoles, 9 de febrero de 2011

Ahora sí.

Pasa el tiempo minuto a minuto y preguntamos aún para ser. Siempre la maldita costumbre de pedir permiso.
No quiero abandonarme ni abandonarte, mundo pequeño como un pañuelo, aunque me falte siempre medio viaje para llegar a un entero.

El jardín es quien no pregunta y florece librado a la suerte estacional, a la lluvia, al viento, a la noche –quizás a que se me ocurra prender la manguera-. Las melodías eternas que se han metido en la sangre de todos y nos cantan sin que pidamos nada, que nos recuerdan el pasado existente, que nos hacen bajar la guardia –porque ellas son nosotros mismos cantando aquello que nunca cantaríamos por la misma cobarde razón que nos hace pedir permiso para ser y perdón por haber sido.

Entre hoja y hoja de palabras en francés se mezcló el mar mediterráneo. Entre nube y nube se cosen los retazos de cielo. Entre buena compañía y porro ardiendo se nos tejió linda la tarde.
¿Habrás visto la noche en verdad? ¿Habrás visto mi piel quemando como brasa encendida a orilla de tu hielo?

Hoy quiero ser actor mamá, quiero aprender a volar, a cocinar facturas de crema pastelera y respirar abajo del agua. Hoy quiero ser un super héroe y quiero salvar al mundo, y quiero conocer China y hacerte muchas cosquillas, mamá ¿hoy vamos a la plaza?. ¿Existen los brujos, mamá?
Me preguntaba … Le preguntaba …

Minuto a minuto. Ahora si; soy.

ína.

domingo, 23 de enero de 2011

Tardes Verdes

Pasarás incontables tardes verdes, que muy probablemente vallas olvidando con el tiempo. Brindarás con amigos cada año, y darás tus buenos augurios y esperanzas en cada golpe de copas. Tendrás una casa con enredadera y cama de dos plazas. Aprenderás a levantarte temprano con gusto y a acostarte tarde con placer. Sabrás cocinar buenos guisos para invierno y habrá en tu heladera ensaladas de frutas, gelatina, champagne, helado de limón y frutilla para los veranos.
No dejará de haber sorpresas.
Buena fortuna la de este hombre; buena fortuna la de esta mujer. No saben a dónde van, apenas sí de dónde vienen. Buena fortuna haber tomado aquel micro que pinchó una goma en el medio da la nada pampeña y haber decidido rodar con sus propias patas, huir, escaparse, no arribar nunca el destino predeterminado. Buena buena, la luna que acoge sus almas, buena la alegría de esas pitaditas de magia y las rizotas entre besos rápidos y revuelcos junto a los bichos de luz. Un hombre. Una mujer. Tan amigos como amantes. Tan jóvenes. Tan bellos, locos, despreocupados, livianos.
Mira qué paz me da saber que no habrá cárceles para ti, que aprenderás a volar y a dormir sobre las hojas del otoño. Pasarán los años con la pena necesaria para ser feliz y aprender a vivir. En tu casa habrá dos gatos y películas, habrá maíz para hacer pochoclo y azúcar para ponerle caramelo. Aprenderás a amarla como es, no querrás quitarle nada, no querrás dejar de enloquecer. Y seguirás oyendo las melodías del rock, y tomándola por la cintura. Aprenderás a compartir tu alma, a querer al sol, a amar la tierra y quizás algún día vuelva a ti el recuerdo de tantas tardes verdes que habrás dejado justo detrás de tu suela talle 43.

martes, 18 de enero de 2011

Será por.

Será que en las burbujas de la copa vi mucho más de lo que es en verdad, será que pensé la noche aunque no esté ahora besándole los talones como hace hora estábamos  vos y yo. Será que sé o que adivino que hay en las palabras tanto más de lo que se puede percibir.
Quién sabe qué será lo que se cruzó en mi cabeza; el recuerdo del pastito de la tarde, las horas bajo los árboles, la música que está en la sangre y no en los oídos.


- Hay algo ahí ¿Vos lo sabías? - Pensó sin decir nada. Pero lo dijo, o lo escuché resonar en su cabeza.
Aprendí que en los paisajes del colectivo hay caminitos que andar.
- Sos lo que te digo.
No dejamos ningún rincón sin vida, porque como lo dijeron ya las vocecitas del viento de julio, la música está en cada cuerpo, en cada sombra que palpita ahí nomás, bajo el farol, en todos los tambores de las células de tu pelo.
- Hay que ver donde nadie ¿Sabías? - Dijo sin decir.
Siempre cantando en silencio lo que vuela dentro suyo, los miles de pájaros que un día estarán en la pared del cuarto inventado.
Será que jamás me importó escribir sólo para entendidos, será que siempre escuché esas voces que jamás emitieron sonido, será que hay tantísimas cosas que tenés para enseñarme, será que no sé los secretos que guardas, será que soy entrometida y que no tengo cuidado de pensar lo que pasa al descubrir.
- Es verdad ¿Sabés? - Le digo pensando que hay almas que anhelan encerrarnos.
Será porque aprendimos a vagar sin rumbo, será por el mate amargo, será porque sabemos que la vida es vida, será porque no tenemos ley, será porque los muros no existen ni existirán nunca en este mundo.
Será porque soy; será porque es; será por ...¿Por qué será?
Pero es, y nadie lo negaría nunca, y eso, eso es obvio.

lunes, 17 de enero de 2011

Rodante

Creyente, ella se calza las zapatillas.
Toma el llavero.
Sale de la casa.
Cierra la puerta.
Toma la bicicleta azul.
Atraviesa el jardín con aquella herramienta multifuncional.
Sale.
El paisaje se va dejando atravesar con su figura.
Una silueta delgada y torpe con el cabello ondulado, castaño y libre en el viento, desplazándose a unos cuantos kilómetros por hora.
Torpe, aunque extrañamente capaz de atravesar los obstáculos que el camino le depara.

Una magia extraña y sublime envuelve su viaje. Nadie sabe de que se trata, por eso quizás, la dejan volar sin interrogación o interrupción alguna. Las ruedas giran tan rápido que los rayos desaparecen y más de uno cree rotundamente que encontrará la muerte en cualquier instante, o que, en su defecto, su cabeza se lesionará severamente.
Ella y su bicicleta son ajenas al mundo del pensamiento. Se han entregado completas al abismo de los sueños y los viajes.

La vi salir de su casa.
La veo perderse en el horizonte.
Sé que nunca más volverá.
Voy a extrañarla locamente. 

jueves, 13 de enero de 2011

Han pasado muchos años, han pasado, ya lo has visto. Han pasado muchos años y las cosas han cambiado aunque esa cruda sospecha incipiente me recite nuevamente que estás igual que ayer.
Y cambió la yerba y no el gustito, la tazita y no el café; y cómo sé yo, viejo amigo, rico amante conocido si no he cambiado yo también. 
Pasaron largos años y a pesar de lo visible, a pesar de la tristeza (y sin contar la decepción) te veo y huelo en tu resaca que volverías a jugar la misma ficha si tuvieras ocación.
Pasaron largos años viejo amigo, rico amante conocido y al llegar a la punta del andén, me pregunto, linda y sola, qué pasó con la rocola, qué pasó con nuestro ayer.
Han pasado largos años, tu lo has visto, y yo también; y a pesar de las distancias, todavía nunca sobra la pregunta del por qué.
Mil preguntas, tantos tangos, mil muchachas y ya ves, que te veo y huelo en tu resaca que hay muy poco de distinto y el mismo ritmo bailarías si volviera el cabaret.