Que los cactus pinchen mi cuerpo y las espinas de todo árbol
penetren mi piel. Que los alacranes masquen mi cuerpo y las tarántulas se beban
de mi. Que los pumas me rasguen el vestido y las cabras conozcan mi olor. Que
los pájaros me piquen la cabeza y las moscas aniden en mi. Y al fin, que todos
ellos me lleven al río, al río turbio entre las montañas rojas y allí me dejen;
que allí me dejen por siempre, para así vivirme; para nunca morirme en la
tierra del Sol.
ína ~