No sé cuánto nadamos
alejándonos de la playa
el agua se tornó
sombra fría en nuestras
piernas
excitados por el olor a mar
en la zona donde no andan
los barcos
pensé por un instante
en mí misma
minutos atrás
leyendo ociosa en la arena
blanca
en el rayo que cambió ese
estado
por éste
un poco más te dije
todavía se ve la costa
no
gritaste
pero yo jadeaba más fuerte
y tuviste que seguir
no era yo cuando los vimos:
a nuestro alrededor
nadaban en círculos
los cuerpos pegados entre
sí
como extrañándose antes de tiempo
creí que iba a morirme
todo ese azul plata
tornasol
confundiéndose en el agua
andaban con la cría en el
medio
ellos
cuidan la maravilla
ellos tienen sexo por
placer
ellos
se parecen tanto a nosotros
un pez saltó del agua
y casi le vimos los dientes
cuando lo atrapó en el aire
jugaba a ser mariposa
lloré
por supuesto
pero no supiste:
fue la consumación de la
metáfora.
estábamos solos y pareció
un ritual
miré arriba
atardecía y todo
era un acto de amor
más tarde
nadando con fuerza hacia la
playa
queríamos pero
no podíamos hablar