miércoles, 29 de junio de 2011

Te Puede Ver.

Dejaste de un lado el pensamiento, sin quererlo ni premeditarlo, fue así. Te olvidaste de que tenías cabeza ahí arriba. Tus ojos dejaron de enfocar y descansaron. Saliste a la calle así, sin cargas de metal en el cerebro y sentiste como una caricia ampliamente necesitada ese aire helado, congelado, firme y prácticamente incoloro que te traen las mañanas del invierno argentino.
No es que signifique tanto.
No es que perderse en el pensamiento sea la gran cosa.
No es que yo pueda diagramar mis razones para contarlo.
Es sencillamente que fue así, sin quererlo ni premeditarlo,
y que te pude ver soñar.

ína ~

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