lunes, 25 de junio de 2012

Marinero


No quería verla, no debía verla,
pero la vi, con su piel y sus adornos
con sus ropas y sus dientes
y junto a ella estaba él,
señor de los señores,
hombre de buena palabra
hombre de muelas dulces.
Óyeme dios,
si es que algún dios a mí me habita
óyeme y cálmame.
No debía verla, pero la he visto
y sucedió que era tan bella y
sucedió que él tanto la quería
que se me partió el coraje,
hice llanto de niño, silencioso
en noche de pesadillas.
Óyeme dios,
si es que a mi algún dios me habita
ya he cenado,
bebí el vino,
lloré apenas
a solas, en silencio
ya lo toqué con las yemas
lo besé con los labios
lo vi con los ojos
y luego a ella
luego la vi a ella
y me acoge el miedo
óyeme dios que me habitas
que no parta este marinero
que acampe en mi playa y se quede
que no quiera volver a sus puertos de antes

-silencio.

(eso es todo lo que dice la noche)
mientras las palabras se me escriben
tan pronto como el amor.

ína ~

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