Pascuas
nuevas viejas otoñales veraniegas.
Se me llena
la casa de soledades de abril.
Hace unos
minutos, las góndolas del supermercado,
La leche, el
café, los huevos de pascua gigantes.
Todo
ordenado en la casa.
Prendí un
sahumerio, porque me relaja
Y me hace
sonreír y cantar.
Fui a buscar
el libro al armario,
Ahí la ropa
de él permanece más allá de todo.
No la toco,
jamás la toco,
Es como
tener fuego en las manos,
El presente
disparándose sobre mi cabeza.
Hoy
(lógicamente) hice todo lo contrario.
Las ropas
del hombre ya casi no huelen a él.
Más bien
diría que huelen a mí.
(Pienso que
se le avecinan tiempos difíciles a su olfato)
En la cocina
la olla está silbando,
El gato que
entra, que pide comida,
Que maúlla
que se duerme en la almohada.
Todo está
tan quieto.
Tan
calmadamente revolucionado.
Es el abril
y las pascuas de todos los años,
Las pascuas
que se acumulan en mi historia.
ína~
No hay comentarios:
Publicar un comentario