domingo, 8 de abril de 2012

Merenguito (sin vergüenza)


De repente, una tarde, me encontré mirando
las mismas fotos con otro protagonista.
Otro cuerpo tallando figuras indescriptibles.
Me hallé también extrañando cosas de antes;  
al Flaco, a la playa, al grupo de siete locos o más;
me halle extrañando el viaje largo en bicicleta,
los buenos días y las montañas de sal
(que hoy en día son más montañas que antes)
De repente me descubro a mí misma,
evidentemente más tonta y ridícula,
aunque francamente no molesta a la salud.
En abril muchos días son iguales y muchas noches diferentes.
Hay un semi-frio que me divierte la piel, y una petite
colection of numbers  de gens qui me font heureux,
y me alegro de repente de todos los bardos,
de todos los papeles que decidí no prender fuego,
de todos los días que te di, para hacerte un poco feliz.
De repente me acordé también de la abuela
con sus polleras rectas y sus manos arrugadas,
me acordé del huracán, de los disfraces de soap opera
y de las enormes lindas lunitas tucumanas.
- Todo en orden Yexalen.
Vos y tus desordenes se llevan bien.
Se entienden más o menos, son bastante incumplidores,
bastante fieles y, como todos los desórdenes de la vida,
se multiplican a velocidades desconmensuradas.
Tengo una caja de l'amour, ¿quién me la quiere comprar?
Basta che. Son muchas palabras que no entiendo.
Basta, basta de que no me entiendas la indirecta flaco.
De repente, el resto de mi vida no parece tanto tiempo
y digo que ya fue, yo me la gasto como a mí me guste.
Gracias, chau, perdón por el merengue de declaraciones.

ína ~

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