Llevábamos
un siglo queriendo encontrarnos
rezando a
los mediodías de junio
a nuestras
estampitas, dioses de barro
que en el
colectivo de vuelta
en la barra
en el café
en cualquier
cualquier esquina
apareciera
el otro como una divina casualidad
llevábamos
siglos así
envejeciendo
en el deseo
cada uno con
sus propias tiras cómicas
historietas
blanco y negro de bolsillo
llevábamos
un siglo llorando las sociedades
que nos
abrumaban la pasión
pero en
silencio, siempre en silencio
ésta tarde
persiste el
juego
persiste
como un perro fiel
pero abril
trae respuestas
cerrará
ventanas
abrirá
puertas como flores
como
delirios
como
estruendosas
bombas de
amor .
ína ~
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