Ya pensaba
yo que no querías volver a escuchar la canción.
Una mañana
pasada me decías que cantaran los pájaros
en toda mi
garganta y hacías tostadas con dulce de leche
y manteca
(sin dulce para mi).
Una tarde
pasada pisabas adoquines en San Telmo y
me contabas
la ciudad del tango.
Ya pensaba
yo que no volvías a quererme mucho nunca
que las
horas de mil cuentos y mil puchos terminaban
para siempre
ahogadas en otras gargantas, también amigas.
Y más
pensaba yo pavadas más pavadas y vos llegabas
o volvías con
una lágrima en la boca y un nudo en el bolsillo
diciendo
mirá mujer, qué cosas se te ocurren!
cacheteando los
dolores archivados hace un tiempo,
desempolvando
las canciones de nuestro absurdo corazón.
ína ~
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