viernes, 9 de noviembre de 2012

Jazmines de septiembre


Cada día que amanecí
para subir al colectivo
que rompe castelar
siempre por la misma huella,
fue un día de amor.
Con esa nostalgia proyectiva
que asume su rol de
firme miradora del pasado
pero se rebela un poco
y esperanza las visiones
del futuro en tus brazos,
anduve o ando
mirando a la ventana o
leyendo a Juan y
pregunto qué me hiciste
por qué sos una grieta
hermosa en mi sistema.
Las hojas amarillas
se nos volaron de los rostros
y hay que florecer,
que te brote el verde por la boca
si fuera necesario
para ablandar los horizontes
que te quiebran.
Cada día amanecido
se me cultiva este amor solito
y crece como un sol.
Querida, no me preocupa
estar con el cuerpo de algodón
detrás de tu mirada, pero
¿cómo se hace mañana
para parlarte un cariño
más grande, más definitivo?
No me lloren tus arbóles de viento
hoy es un mañana
del que hablamos muchas veces
que trepa la colina por fuerza de pasiones
no lloren más tus arbóles desnudos
el colectivo rompe por Francia
y yo estoy por llegar a tu ranchito. 

ína ~

No hay comentarios:

Publicar un comentario