Si me
encontraron una tarde plantándome en el patio
riendo
lagrimeando con mocos, fue de alegría
fue,
compañeros, porque antes
había estado
pateando la patria
y escuché
los rostros salvajes despotricando venenos
y vi un
chiquillo mirando una lupa al revés
y ahí nomás
pensé yo en hundirme
en este
barro mío
que aquí y
allá no se conformó con la perfecta negrura
y se tiñó de
siete colores según su latitud en la patria.
Vi un cielo
celeste, los colectivos y el tren que es casa
de todos los
vendedores ambulantes del mundo
y pensé en
la yegua ganadora condecorada
con los
amores suavecitos de madres e hijos y con
los planes
asesinos de simios que quiebran la tierra
y me dije
qué carajos!
aquí hay pan
para todos
y mis
hermanitos del sur mis lindos hermanitos del norte
van a comer
ya no sus panes desesperados
sino unas
alegrías carnavaleras revueltas en ollas,
las mismas que
los de enfrente quisieron usar para pelear.
Patria mía
que estas en la tierra y Latinoamérica es tu nombre
acá tenés
tus hijos para hacer la victoria de los días de la vida
y nos
plantamos, hermanita,
todos
nosotros nos estamos plantando alegremente
y mañana y
pasado a vamos a estar en el nacer incesante
de todos los
hombres que han querido decir patria o patria
sin pelos en
la lengua.
ína ~
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